
En una reunión de área, al director se le ocurrió pedir a algunos colaboradores «describir» a sus nuevos jefes en pocas palabras.
La idea no era mala, pero, el improvisar ponía a la gente en un compromiso porque los responsables de equipo estábamos recién nombrados y apenas nos conocían.
Por eso, la mayoría se fue a los espacios comunes: “Trabaja mucho”, “Es muy responsable”…. Sin embargo, Nacho, el miembro de mi equipo al que le tocó describirme, soltó “Sergio es ocurrente y tiene salidas muy ingeniosas. Nos reímos mucho en los estatus”.
Mi director me miró desde la otra punta del auditorio y en sus ojos pude leer la decepción. Sin embargo, también aprecié otras miradas en la sala. Gente que pensaba “A mí también me gustaría eso”.
𝗘𝗹𝗲𝗴𝗶 𝗾𝘂𝗲𝗱𝗮𝗿𝗺𝗲 𝗰𝗼𝗻 𝗹𝗮𝘀 𝗺𝘂𝗰𝗵𝗮𝘀 𝗺𝗶𝗿𝗮𝗱𝗮𝘀 𝗰𝘂𝗿𝗶𝗼𝘀𝗮𝘀 𝘆 𝗻𝗼 𝗰𝗼𝗻 𝗹𝗮𝘀 𝗽𝗼𝗰𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗽𝗿𝗼𝗯𝗮𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮𝘀.
Saliéndose del guion, Nacho me apuntó el tipo de liderazgo que iba a alimentar.
Quizá por eso, nos seguimos viendo 10 años después de que yo saliera de ese equipo.
➡ Esta anécdota la cuento en “Divertirse Trabajando” para ilustrar que, respecto al uso del humor en entorno profesional, mejor centrarse en los muchos que lo aprecian y no en los pocos que no lo entienden
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