
Saber reírse de uno mismo está al alcance de todos. Hacerlo, padeciendo una enfermedad grave, requiere un esfuerzo extraordinario….pero rentable.
Cuando eres capaz de reír ante un trance de salud, estás haciendo dos cosas: mandas a un mensaje de tranquilidad a tus seres queridos y de alguna forma, tomas el control.
La Academia de Hollywood celebró hace un par de meses la 13ª edición de los Governors Awards. Uno de los condecorados fue el actor canadiense Michael J. Fox que ha convivido con el Parkinson los últimos 32 años.
Al acercarse al atril para recoger el Oscar Honorífico, los aplausos atronaron el auditorio y Fox bromeó: “Chicos, parad, me están haciendo temblar”.
Con eso, le dio la razón al también actor Woody Harrelson que le presentó con estas palabras “Nunca has querido que sintieran pena por ti. Víctima, nunca; inspiración siempre.”
A lo largo de nuestra vida, tendremos algún problema de salud, de mayor o menor magnitud, que afectará a nuestra vida en general y a nuestro trabajo, en particular.
𝗘𝗻 𝗲𝘀𝗼𝘀 𝗺𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀, 𝗿𝗲𝗰𝘂𝗲𝗿𝗱𝗮 𝗲𝗹 𝗽𝗼𝗱𝗲𝗿 𝗱𝗲𝗹 𝗵𝘂𝗺𝗼𝗿. 𝗡𝗼 𝘁𝗲 𝘀𝗮𝗻𝗮𝗿𝗮. 𝗣𝗲𝗿𝗼 𝗲𝘀 𝘀𝗮𝗻𝗮𝗱𝗼𝗿.
➡ En mi libro “Lidera con sentido del humor” comparto varios ejemplos de personas que utilizaron el #humor para afrontar problemas de salud. Uno de ellos fue la comunicación que hice al equipo cuando me diagnosticaron cáncer de tiroides.