¿Se puede hacer humor sobre asesinatos raciales, abusos físicos, torturas policiales, enfermedades mentales? Tom Sharpe lo hizo en “Reunión tumultuosa”, una de mis lecturas de este verano.
En su día, unos pocos lucharon contra el apartheid, cada uno a su modo. Sharpe utilizó la herramienta que suelen utilizar los oprimidos contra los opresores.
El #humor.
En su caso, el más negro posible. El Grand Larousse define el humour noir como una forma de humor que, «usando la crueldad, la amargura y en ciertas ocasiones, la desesperación, subraya lo absurdo del mundo». Por eso, en mi libro “Divertirse trabajando” afirmo que es un humor apropiado en el entorno profesional.
“Reunión Tumultuosa” fue publicada a principios de los 70, hoy en día, en la dictadura de lo políticamente correcto, hubiera sido cancelada. Tom Sharpe hubiera sido rechazado socialmente y boicoteado profesionalmente.
𝗖𝘂𝗶𝗱𝗲𝗺𝗼𝘀 𝗲𝗹 𝗵𝘂𝗺𝗼𝗿. 𝗡𝗼𝘀 𝗮𝗽𝗼𝗿𝘁𝗮 𝗲𝘀𝗽𝗲𝗿𝗮𝗻𝘇𝗮.
𝗖𝘂𝗶𝗱𝗲𝗺𝗼𝘀 𝗮 𝗹𝗼𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝘂𝘁𝗶𝗹𝗶𝘇𝗮𝗻 𝗲𝗹 𝗵𝘂𝗺𝗼𝗿. 𝗡𝗼𝘀 𝗮𝗽𝗼𝗿𝘁𝗮𝗻 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗽𝗲𝗰𝘁𝗶𝘃𝗮.
No suelo poner de ejemplo a humoristas profesionales porque su humor tiene poco que ver con el día a día de las empresas. Pero hoy rompo una lanza por ellos, especialmente los que se arriesgan con el género satírico para denunciar lo mucho malo que hay en el mundo.
Se ponen en la diana de los guardianes de la moral que no saben diferenciar la FORMA del FONDO.
➡ El humor de Sharpe era brutal porque denunciaba una situación brutal. Era un humor extremo para llamar la atención sobre una situación extrema.
En los 70 Sharpe no fue “cancelado” pero fue encarcelado en la prisión de Pietermaritzburg acusado de ser un “político subversivo”. Más tarde fue deportado por “actividades antigubernamentales”.
#cosasqueheaprendidoestasvacaciones
Divertirse trabajando 