Valores corporativos olvidados: el Honor

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Valores corporativos olvidados: el Honor

Serie: “Lecciones de management desde Los 7 Reinos” (hoy, Ned Stark)

Buscando otra cosa, llegué accidentalmente a un artículo llamado «Valores Empresariales que no pueden faltar en tu negocio«. Como si lo valores se pudieran pegar&cortar. Acojonation. La cuestión es que había otros artículos relacionados que te llevaban a una especie de buffet self service de valores….para que escojas los que más lo peten. Cosa difícil pues todos estos catálogos contienen lo mismo: Confianza, Transformación, Responsabilidad, Transparencia, Innovación y no podía faltar en estos días, Agilidad.

Por lo anterior, el concepto de Dirección por Valores está tan denostado como el de cambio cultural. Se ha mercantilizado y algo que debía evocar lo que es único en una organización, se ha convertido en catálogo en el puedes seleccionar lo que mejor te convenga. Echando un vistazo a las «recomendaciones», echo de más los valores buenos para cualquier ocasión y de menos algunas más clásicos como el Honor, el Valor, la Integridad, la Honestidad, la Generosidad… Conceptos de los que nos hemos desprendido en la vida diaria y han quedado relegados a ciertos géneros de la literatura, como la saga Canción de Hielo y Fuego que dio lugar a la serie Juego de Tronos. Curioso que en el mundo de ficción estos conceptos evoquen personajes grandiosos y momentos épicos, pero en el trabajo, suenen a antiguo y casposo.

Esa marginalidad se aprecia googleando uno de estos valores: “Honor». Las primeras dos páginas de resultados son de una marca de móviles y las cadenas que lo distribuyen, mezclado con un juego de la Play Station. Hay que esperar a la página 3 para encontrar la definición de la Real Academia de la Lengua

1. m. Cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo.

Dicho así no parece una cosa mala, ciertamente. Claro que el concepto “moral” también está embarrado, como si fuera algo pergeñado en un claustro o monasterio. Por esa razón el honor se asocia se asocia a puritanismo, a enaltecimiento del ego, a virginidad mancillada, a disciplina castrense, …

Algo debemos estar haciendo mal si valores como el Honor se han quedado relegados a la literatura fantástica y en el mundo empresarial traen ecos del pasado.

Pero eso ha ocurrido porque se ha restringido el concepto de “honor” a su dimensión pública, cosmética y protocolaria. Y ciertamente esa connotación está presente en Juego de Tronos:  

– la reputación trasciende la persona que realmente la gana y su entorno cercano y familiar se beneficia de ello, aunque no la merezca.

– Actos de agasajo y lameculismo “En honor a tan excelso personaje” “se le rindieron honores de jefe de Estado”

– Servilismo ”Su visita fue un honor para mí” “¿A qué debo el honor?”

Pero en su origen latino se refería a cualidades de una “persona pública” y eso significaba a “fama” y “prestigio”. Los héroes tienen siempre un férreo sentido privado del honor, como Ned Stark . Quizá la verdadera razón por la que no hacemos gala del honor en las organizaciones es porque es peligrosa para la salud (el bueno de Ned no pasó de la 1ª temporada, como todos recordamos). En esa línea el sibilino Lord Petyr Baelish, “Meñique”, le dijo a Ned: “Vestís vuestro honor como si fuera una armadura, Stark. Creéis que os protege, pero en realidad no es más que una carga que os hace moveros despacio. (…) Sabéis que es necesario hacerse… pero no es honorable, así que no os atrevéis a decirlo en voz alta”. Y en la misma línea, hasta su amigo Robert Baratheon le espetó a Ned en la cara “¿¡Honor!? Tengo siete Reinos que gobernar (…) Creéis que el honor los mantiene a raya? Es el miedo!. El miedo y la sangre!”

Materializar el honor en la organizaciones no es complejo. Con dos cosas basta:

1. Defender lo que es correcto para el todo y no para unos pocos que solo quieren perpetuarse en el poder

2. Ser integro y mantener tu palabra (los fashion victims sabrán que el escote ‘palabra de honor’ le debe su nombre al hecho de que una de las primeras modistas que lo diseñó le dio su «palabra de honor» a la modelo que, a pesar de no tener tirantes, no se iba a deslizar dejando el aire sus partes pudendas).

Recuperemos el honor en su definición original que describía las cualidades de rectitud, decencia, respecto y que dio lugar a otras palabras como honesto, honrado, honorable….

Y si hay un precio que pagar por ello, paguemoslo pero hagamos lo correcto para la organización. Ned Stark, al sentirse presionado para hacer algo que era supuestamente bueno para el Rey pero ciertamente malo para el Reino, exclamó: ¡¿Piensas que mi vida es algo tan preciado para mí? Que cambiaré mi honor por unos pocos años de… ¿de qué?!

La vida sin honor no es una vida digna de vivir para los héroes. Recuperemos el heroísmo en la empresa y pensemos que el trabajo sin honor tampoco es trabajo digno de hacerse.

2 comentarios sobre “Valores corporativos olvidados: el Honor

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