Lecciones de management desde los 7 Reinos

Lecciones de management desde los 7 Reinos

O en que se parece Juego de Tronos a la cultura corporativa

El otro día, al terminar un evento multi-empresa, nos quedamos unos pocos asistentes tomando un algo. Liberados de las cadenas de las presentaciones formales se comenzó un debate a calzón tirado sobre los desafíos que enfrentabamos. Curiosamente nadie hablaba de los competidores o del regulador. Ni siquiera de la GDPR. Paradojicamente, lo que se estaba poniendo sobre la mesa, o en este caso, sobre la barra, eran conflictos internos. Eso me trajo a la mente la serie Juego de Tronos que ahora estoy revisitando porque mii mujer me comentó hace poco que querría ver “Esa serie de la que todo el mundo habla”. Está claro que los polos opuestos deben atraerse porque yo seguí la serie desde 2012, tan seducido, sorprendido y sacudido por las idas y venidas de los personajes como casi la totalidad del Primer Mundo y gran parte del Tercero.

La conversación con representantes de grandes empresas afloraba muchas analogías de la aclamada serie (hasta la 7 temporada) de HBO con el mundo de las organizaciones. Las grandes corporaciones se asemejan a los Reinos porque libran batallan unas contra otras, en este caso por ganar el corazón de los clientes con los productos más novedosos y atractivos sin caer en el barro de la lucha de precios. También luchan por llenar los bolsillos de sus accionistas para que estos sigan invirtiendo, por crear una reputación de confiabilidad entre los analistas y en la capitalización bursatil. Pero esas batallas no son las más sangrientas.

Las luchas más virulentas tienen lugar, paradójicamente, dentro de las propias organizaciones.

Al igual que en los 7 Reinos, tras la fachada de un supuesto liderazgo fuerte y una clara estrategia, muchas personas ambicionan secreta o públicamente el Trono, socavando el poder del Rey de formas que escandalizarían a la misma Cersei, otros a los que se asume fidelidad conspiran contra su Señor menos disimuladamente que Lord “Meñique” Baelish, gurús de metodologías ágiles superan en fanatismo a los sacerdotes del Septon, los caballeros obedecen las ordenes más incongruentes por mantener su status quo y otros simplemente buscan sobrevivir luchando como mercenarios al servicio de cualquier bandera y sin importar quien caiga por el camino, como Bronn. Todo ello, vistiendo las mejores galas de las teorías del management, claro está.

Si el sistema no colapsa es porque también hay héroes que aspiran a un futuro mejor para todos.  Jon Snows que se dejan literalmente la piel por dirigir la lucha hacia donde corresponde, el enemigo común, el competidor en este caso. Hacen colaborar a líderes tribales tradicionalmente enfrentados como muchos departamentos (Producción contra Desarrollo, Finanzas contra Marketing, Sistemas contra todos…) y cuando parecían muertos, vuelven a la carga para sorpresa del personal. Igualmente en el ámbito organizativo pululan desconcertadas Daenerys que deciden no ser víctimas y se enfrentan a los déspotas a cara de perro, asesores valientes como Tyron Lanninster y Lord Varys que afloran las verdades que duelen y si no son escuchados buscan quien lo haga.

El lado en el que luches va a depender de cómo se ordenan tus prioridades.

Hay profesionales que alinean sus prioridades personales a las prioridades de empresa. Y hay quien lo hace justo al revés, alineando las prioridades de la empresa a las suyas personales. El orden importa; en el primer caso, se desea contribuir a un bien mayor (para nosotros) y en el segundo, se desea simplemente conseguir un mayor bien (para mí).

Lo que asemeja los primeros a los segundos es que nadie quiere que le decapiten, envenenen o carbonicen.  Todos quieren sobrevivir pero unos tienen más claro que otros como hacerlo. Una cosa es meridiana para mí: los héroes no pueden hacer heroicidades si están muertos. Y viendo por 2ª vez, en Juego de Tronos los héroes son valientes, pero también un punto tontos, joder. Algunos van pidiendo a gritos que los pasen a cuchillo desde el minuto uno del capítulo piloto.

Una cosa que no me cansaré de repetir es que los sistemas cambian desde dentro. No se puede transformar una organización desde fuera del sistema. Y además un cambio cultural lleva tiempo así que debes estar preparado para una campaña larga y extenuante…. Por eso, es importante no morir por el camino (y a ser posible, importante evitar también enojosas amputaciones). Si vas a pecho descubierto, no verás el final de la historia. En siguientes posts analizaré distintas técnicas de supervivencia, basada en los personajes de la serie.

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